Sobre el reciente anuncio de asignación de cupos de producción de cannabis medicinal de la JIFE y la desinformación creada en la prensa. | VT Investors
Ago 23, 2019
Es irresponsable e impreciso decir que la industria del cannabis medicinal haya recibido un golpe mortal después de que la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes) haya anunciado el cupo 1.2 toneladas de cannabis psicoactivo para Colombia, después de que en el 2018 tuviéramos 40.5 toneladas o el equivalente al 44.5% del cupo mundial.
Lo primero que debe decirse, es que la JIFE convocó a sus países miembro en noviembre de 2018 precisamente para abordar una problemática de no congruencia entre disponibilidad y acceso de medicamentos sometidos a control especial. En otras palabras, la disparidad entre oferta y demanda y su consecuente impacto en la salud publica y las muertes por sobredosis, lo que se ha convertido en una de las nuevas problemáticas de la lucha mundial contra las drogas; de manera que es necesario aclarar que la decisión tomada por la JIFE no es un golpe mortal para nadie, sino todo lo contrario, son medidas tomadas en pro de la vida.
Segundo, las sustancias psicotrópicas sujeto de fiscalización en el caso del cannabis medicinal, corresponde a aquellos cuyo contenido se THC supera el 1% según la legislación colombiana, de manera que teniendo en cuenta que un numero importante de empresas colombianas fundamentan sus planes de negocio en el cannabis no psicoactivo o CBD como se le conoce, la decisión tomada por la JIFE tampoco representa un golpe mortal para la industria.
Y tercero, es necesario continuar con la labor ardua de educación a la prensa y los diferentes grupos de interés sobre la industria del cannabis medicinal, con el fin de entender que para conocer la oferta sostenida que el país puede llegar a tener, es necesario surtir procesos previos como licenciamiento, pruebas de evaluación agronómica (PEA) y registro de cultivares ante el ICA entre otros, y hasta tanto las compañías no surtan esos procesos y estén habilitados para producir, no sabremos cual es la oferta real y así mismo equipararla con la demanda del país. De nada nos sirve un cupo de 40.5 toneladas sino lo podemos usar.
Conclusión, no solo Colombia sino el mundo entero esta aprendiendo sobre esta naciente industria y en este sentido, las empresas fallan al presentar sus solicitudes de cupo, el gobierno falla al no ser diligente en la toma de decisiones al interior del Grupo Técnico de Cupos y falla la JIFE porque no puede cuantificar con criterio propio las necesidades reales del país. Sin embargo, esto dista mucho de que la industria del cannabis en Colombia haya recibido un golpe mortal.